martes, 1 de septiembre de 2015

Es crítico el deterioro de cuencas hidrográficas


Es crítico el deterioro de cuencas hidrográficas

 


La condición de las partes altas de los ríos amenaza con peores inundaciones y a las presas de RD
  Tania Molina |  07 ENE 2008, 12:00 Diario Libre


SD. Las cuencas que alimentan los principales ríos del país presentan un estado de deterioro que no sólo contribuyó a un mayor nivel de impacto de las inundaciones por las tormentas "Noel" y "Olga", sino que además se agravó con el paso de estos fenómenos.

Del total de cuencas o zonas aledañas a los ríos del país, 15 se encuentran en estado crítico y amenazan con mayores inundaciones futuras y con el deterioro posterior de las presas que alimentan, y que pueden reducir su capacidad de amortiguamiento de riadas y su vida útil debido a la gran cantidad de sedimentación acumulada.

Así lo sostiene el director de Cuencas Hidrográficas de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAREN), Luis Espinosa.

Indica que actividades como el conuquismo, la ganadería, las grandes fincas o los asentamientos indebidos han provocado que las cuencas de los ríos, en todo su recorrido, tengan grandes zonas de deforestación o erosión.

Espinosa explica que al no encontrar plantas que absorban parte del agua, la lluvia cae directamente al suelo y le provoca pequeñas perforaciones hasta que baja al río arrastrando todos los sedimentos como tierra y piedra.

Aclara que pese a que los sedimentos van en suspensión en el río, cuando llega a una zona de embalse, estos se acumulan en el fondo y una presa que podía durar de 30 a 40 años, apenas dura la mitad, por el efecto de la sedimentación. Entre las cuencas en estado crítico, Medio Ambiente ha identificado aquellas más grandes y de mayor importancia, por la cantidad de comunidades a las que suplen de agua. Tal es el caso de las cuencas de los ríos Yaque del Norte y el Yuna, que entre ambas cubren el 11.5% del territorio nacional y alimentan varios sistemas de riego.

Según el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el río Yaque del Norte alimenta 15 presas y el Yuna otras 8, para un total de 23 de los 34 embalses existentes en el país, los cuales irrigan 150 mil 808 hectáreas y dan un suministro de agua potable de 16.8 metros cúbicos por segundo.

En estado crítico se encuentran además las cuencas del Yaque del Sur, Ozama, Camú, Haina, Nigua, Nizao, Mao y Artibonito.

Según un estudio Diagnóstico de Medio Ambiente, sólo en la cuenca alta del Yaque del Norte existen varias "áreas críticas" o puntos de quiebre que podrían causar un aumento considerable de las probabilidades de que un fenómeno metereológico cause estragos socioeconómicos y ambientales en la zona. El diagnóstico, que data del 2004, indica que en 38 de las 111 comunidades que bordean esta cuenca se deben realizar acciones a corto plazo que permitan mitigar, corregir y/o restaurar esas áreas críticas a nivel de microcuencas.

Señala además que más del 80% del territorio de la cuenca, que es de unos 753 kilómetros cuadrados, posé pendientes superiores al 10% y que cuando un indicador de susceptibilidad pasa del 8%, existe mayor riesgo de erosión, sedimentación y arrastre de partículas como rocas y peñascos.

"Esto supone que el 80% de la cuenca alta del Yaque y por ende el 70% del municipio de Jarabacoa, se encuentra en una zona de alto riesgo a problemas de inundaciones y deslizamiento. Esto se agrava porque gran parte de las comunidades se encuentran asociadas íntimamente con la presencia de los causes hídricos terciarios y secundarios de los ríos principales como son el Yaque y el Jimenoa", dice el estudio. La cuenca del Yaque nace en el Parque Armando Bermúdez, Cordillera Central, y termina en Montecristi.

El ingeniero Espinosa indica que aunque se han mejorado algunas zonas, en su mayoría las cuencas siguen en estado crítico "porque se solucionan algunas y se deterioran otras, pero insito en que la población y el Estado principalmente, tomen consciencia de que las cuencas hay que protegerlas, porque lo contrario vienen las riadas". 


 Pocos resultados

Espinosa lamenta que si bien se han hecho acciones a favor de la reforestación y manejo de las cuencas, el impacto de los mismos ha sido tímido debido, entre otras cosas, a la falta de presupuesto, de continuidad en los programas y, sobre todo, por la falta de un plan de ordenamiento territorial que indique dónde se puede hacer agricultura, dónde ganadería y dónde se permiten asentamientos humanos. Señala que de 1970 a 1974 se desarrolló un proyecto de reforestación en la parte alta del Yaque del Norte, financiado por la FAO, a través del cual se lograron reforestar algunas áreas, pero otras quedaron libres de intervención por oposición de los propietarios de los terrenos.

En 1997 se inició el Plan nacional Quisqueya Verde que tuvo un costo superior a los 161 millones de pesos, se logró plantar unos 26.5 millones de árboles en unas 227 mil tareas de tierra en las principales cuencas del país. Este Plan terminó en el año 2000 y aunque continúa funcionando el departamento, las acciones vuelven a tornarse tímidas, según Espinosa.

En la actualidad se desarrollan otros dos programas de reforestación en la zona fronteriza, uno con un financiamiento de 10 millones de dólares, aportado por el gobierno de Canadá para ambos lados de la Isla. Del lado dominicano, el proyecto va desde Elías Piña hasta Hondo Valle, y a través del mismo se desarrolla un modelo de parcela demostrativa y se capacita a las comunidades sobre conservación de suelos y reforestación.

El otro programa, todavía en elaboración de presupuesto, se realiza con el Banco Alemán y la Agencia Alemana de Cooperación, se desarrolla en Pedro Santana, también para reforestar otra parte de la cuenca del Artibonito. A punto de terminar, se encuentra otro programa financiado por las USAID en el río Tireo, que alimenta la presa Pinalito.

Espinosa indica que cada año en el presupuesto de esa entidad se incluyen las contrapartidas de financiamiento de seis o siete proyectos, pero que apenas se aprueban tres, lo que hace más lento y retrasa aún más la recuperación de las cuencas.

Consejos de cuencas

Desde la Dirección de Cuencas Hidrográficas se han creado siete consejos de cuencas en todo el país, los cuales están conformados por personas de las comunidades que con el soporte logístico de la entidad, se encargan de realizar jornadas de reforestación y limpieza en las cuencas, así como de velar porque se cumpla con el buen uso de las mismas.

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