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Laureano/Clave Digital
Sábado,
4 de julio de 2009, 08:00 p.m
Cualquier
lluvia en la ciudad provoca inconvenientes, como taponamientos del tránsito e
inundaciones de viviendas, mientras las autoridades hacen escasos esfuerzos por
resolver el problema
El
15 de enero de 2006 en el barrio El Embrujo Tercero, de Santiago, falleció
Antonio Castillo, un motociclista de 34 años de edad, que fue arrastrado por
una corriente de agua que lo llevó a un imbornal. Lo mismo le sucedió a otro
motociclista en abril de 2007 en la avenida 27 de Febrero. A estas muertes se
suman las de decenas de ciudadanos que en los últimos años fueron víctimas de
las inundaciones en los barrios más populares de la ciudad.
Cuando
llueve en Santiago se hace casi imposible la circulación en vehículos o a pie
por calles y avenidas como la Salvador
Estrella Sadhalá, 27 de Febrero, Circunvalación, Juan Pablo Duarte, Bartolomé
Colón, Yapur Dumit, Presidente Antonio Guzmán Fernández, Francisco Augusto
Lora, Hans Hieronimus e Imbert.
La
razón: un sistema de colectores y tuberías de más de 30 años que, según
expertos, resulta insuficiente para canalizar el agua que llega al centro de la
ciudad desde las urbanizaciones, las cuales en más de un 70% vierten sus aguas
de manera superficial a las principales calles y avenidas, provocando enormes
charcos que tardan horas en bajar de nivel.
A
esta situación se suma el crecimiento desordenado de la ciudad en materia de
infraestructuras y la falta de control municipal en las zonas donde se levantan
las viviendas, según establecen algunos expertos.
El
2 de junio de 2006, el Ayuntamiento de Santiago anunció una inversión de RD$30
millones para resolver el problema en 13 puntos críticos, pero en abril de
2008, el encargado de Obras Públicas Municipales, arquitecto Martín Durán
afirmó que este monto subió a RD$70 millones.
Sin
embargo, el funcionario aseguró el lunes que en un período de casi tres años se
han invertido más de RD$200 millones.
Pero
el problema de las inundaciones no se ha resuelto, ni siquiera en algunos de
los puntos intervenidos por las brigadas municipales, como es el caso de las
avenidas 27 de Febrero y Salvador Estrella Sadhalá.
50
ARROYOS Y CAÑADAS CRUZAN LA CIUDAD
Uno
de los aspectos que incide en el problema del drenaje pluvial en Santiago está
ligado a lo que tiene que ver con el tratamiento de las cañadas en esta ciudad.
El espacio urbano de Santiago está cruzado por no menos de 50 fuentes de agua,
entre arroyos y cañadas, muchas de las cuales están convertidas en depósitos de
basura. Esta situación provoca constantes desbordamientos que terminan con la
inundación de barrios y avenidas.
Roque
Nelson Rodríguez, ex director de Planeamiento Urbano considera como una de las
principales causas de las inundaciones en calles y avenidas los rellenos que se
han hecho en urbanizaciones para tapar cañadas. Denuncia que en Santiago hay
construcciones sobre cañadas que han sido tapadas con cemento.
Los
lugares donde las autoridades municipales aseguran haber resuelto el problema
suman más de 30, según Martín Durán.
Pese
a esta inversión el Ayuntamiento no ha podido resolver el problema, aunque
trabaja en la corrección de zonas vulnerables sin contar con un plan general.
Mientras tanto, una hora de lluvia provoca al menos ocho horas de trastornos
para el tránsito, debido a que el agua tarda mucho tiempo en bajar y se forman
largos entaponamientos en las principales vías.
A
esto se suman las inundaciones en los barrios, que se originan con las crecidas
de cañadas y arroyos que circundan la ciudad y por el cúmulo de agua que llega
desde el centro urbano, a través de las corrientes superficiales.
Planes
Además
de no contar con equipos especializados para la limpieza de los imbornales de
las alcantarillas, labor que se hace con brigadas que trabajan sin equipos
técnicos, en el Ayuntamiento de Santiago no se cuenta con un levantamiento que
permita conocer la magnitud del problema, según establece el director de la
Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), Hamlet Otáñez
Tejada, quien además sostiene que el problema del drenaje pluvial en parte se
carga la redes del sistema sanitario, con lo cual se generan inversiones extras
que se estiman en millones de pesos.
“No
tienen planos; no han hecho levantamientos de lo que existe. Por ejemplo, se
hizo un trabajo en la avenida 27 de Febrero hace dos años y era un trabajo para
ir descubriendo qué había. En ese entonces se nos solicitó material (tubería)
que no se han usado, porque cuando hicieron el plano y procedieron a las
excavaciones, descubrieron que las redes estaban ahí”, refiere Otáñez Tejada.
El
funcionario asegura que ésta situación aún prevalece porque el Ayuntamiento no
conoce con qué cuenta Santiago con relación al sistema de drenaje pluvial.
El
funcionario atribuye esta situación a que el Ayuntamiento haya decidido
corregir los puntos críticos de acuerdo a la necesidad, sin tener un proyecto
que contemple la sustitución de todos los colectores y las tuberías existentes.
El
sistema del drenaje pluvial de Santiago fue realizado por una compañía
extranjera hace cerca de 30 años. Los expertos recuerdan que se instalaron
redes para un número determinado de habitantes, pero que en la actualidad la
población ronda el millón de personas en la parte urbana.
Otáñez
Tejada considera que el Ayuntamiento debe trabajar con un proyecto en el cual
se contemple el cambio de las tuberías matrices y los colectores, pero sobre
todo, que se elimine la práctica de conectar tuberías del drenaje pluvial al
sanitario.
El
funcionario dice que a raíz de esta situación, cuando se originan lluvias, a
Coraasan, le aumentan los trabajos de mantenimientos en más de un 78%. Agrega
que en un día normal de trabajo los brigadistas bajo su mando atienden entre 50
y 60 casos de averías, con una costo promedio de RD$600 cada una; pero que
cuando llueve, este número se dispara, sobre todo en esta época de la temporada
ciclónica, cuando la frecuencia de lluvias se incrementa.
Responsabilidad
El
Ayuntamiento debe crear la estructura para el mantenimiento, el cual no puede
limitarse a limpiar un imbornal y verificar las condiciones físicas de las
tuberías”.
H.
Otáñez Tejada, director de CORAASAN
El
arquitecto Marín Durán reconoce que no hay planes generales para encarar el
problema del drenaje pluvial en Santiago y que el trabajo de limpieza de los
imbornales que desarrollan las brigada con las que cuenta el Ayuntamiento no
son suficientes para resolver una situación que genera un caos en todo el
entorno de la ciudad y que lluvia tras lluvia deja a miles de familias fuera de
sus casas por las inundaciones.
Señala
que técnicos de la Corporación de Aseo de Santiago (Casa), que dirige la
ingeniera Ingrid Fernández, trabaja con una evaluación para establecer cuál es
la situación del sistema de drenaje pluvial de Santiago.
El
ejecutivo no precisa para cuándo estará listo el levantamiento.
Defiende
la inversión de RD$200 millones. Alega que ha sido el primer proyecto iniciado
en la administración municipal para corregir problemas de las inundaciones en
puntos críticos.
En
puntos como las avenidas Estrella Sadhalá y 27 de Febrero, que no tienen
diámetro suficiente para dar paso a toda el agua que se acumula, eso se
resuelve cambiado la tubería de 24 pulgadas por redes de 48 pulgadas”.
Héctor
Grullón Moronta, ex síndico de Santiago.
“El
problema fundamental ha estado en que antes ningún síndico había invertido en
soluciones pluviales, y además, en política a nadie les gusta sembrar para
abajo, porque se prefiere sembrar y que se vea,” afirma Durán.
El
encargado de Obras en el Ayuntamiento refirió que los trabajos que se han
realizado para superar las inundaciones se han elegido de acuerdo con la
magnitud del problema y que se van agregando otros al programa.
Agregó
que esto es lo que determina que la inversión haya aumentado de RD$30 millones,
en junio del año 2006, a RD$70 millones en abril de 2008, y que en la
actualidad el montó sea de más de RD$200 millones. Dice que estas inversiones
se han hecho dentro del presupuesto del cabildo sin la necesidad de recurrir a
préstamos y que además se seleccionaron las obras de acuerdo con la aplicación
del presupuesto participativo.
Lo
que hay que hacer es una gran inversión para que se haga un plan general,
viendo a Santiago con el crecimiento que ha tenido desde el año 1975, época a
la que se ajusta el actual sistema de drenaje pluvial”.
Roque
Nelson Rodríguez, ex director de Planeamiento Urbano.
En
el año 2006, el Ayuntamiento manejó en su presupuesto RD$974 millones; en 2007,
trabajó con RD$1,200 millones; en 2008, no se aprobó presupuesto y para el
presente año, la partida es de RD$1,442 millones.
Otros
de los aspectos que contribuyen a las inundaciones de las calles y avenidas,
según explica Durán es que más del 70 % de las urbanizaciones construidas en
años recientes, no tienen sistema de drenaje pluvial, sino que descargan sus
aguas directamente a las avenidas, provocando caos en temporadas lluviosas.
Proceso.
El trabajo que hasta ahora ha llevado a cabo el Ayuntamiento y que desarrolla
en algunos lugares de la ciudad consiste en limpiar y reconstruir imbornales y
la colocación de algunos tramos de tuberías desde las entradas del agua hasta
el colector principal. Durán explica que en muy pocos casos se ha sustituido
redes.
“Tenemos
una brigada que hace el trabajo de limpieza manual, pero eso no ha funcionado
mucho”, afirma Durán, al referirse a la realización de una tarea para la cual,
el Ayuntamiento no cuenta con un equipo especializado, que cuesta RD $7.5 millones.